Hotel familia olímpica
julio 11, 2015Movernos aquí no es nada fácil
julio 15, 2015Segundo día de competencia y llego la más anhelada, la más codiciada, la más soñada, la más deseada. Por fin ya tenemos nuestra primera medalla panamericana y estamos a buen paso. Ya mañana el medallero en la villa tendrá la foto y esa tiene más peso y más valor, simplemente por ser la primera.
Hoy nuevamente el judo se convirtió en el deporte que rompe el hielo. El judoka Augusto Miranda rompió la barrera y ganó medalla de bronce en la categoría de los 73 kilos. Cuanta alegría sentí al verlo celebrar tan ansiada medalla. Augusto es ejemplo de perseverancia pues aunque ganó medalla de oro en Mayaguez 2010, no logró clasificar a los pasados Juegos Panamericanos Guadalajara 2011. Digno ejemplo de que un atleta no se hace en corto tiempo, son años de preparación, ganando a veces, perdiendo también a veces. Junto a su hermano gemelo Gadiel han hecho del judo su vida, entrenando fuerte, viajando el mundo en búsqueda de los mejores lugares para entrenar y diciendo siempre presente para el país. Sus padres y tíos viajaron a Toronto para apoyarlos, iban locos de contentos al salir del Hershey Center. Mañana le toca apoyar a su hermano, quien fue medallista en Guadalajara, y compite en los 81 kg. Si Gadiel gana medalla harían historia en el judo panamericano. Debo felicitar a toda la gente de la Federación por el buen trabajo realizado, en especial a su presidente José Porfirio García y al joven entrenador nacional Héctor Galloza.
Hoy fue un día de grandes emociones. Comenzamos asistiendo al Triatlón donde Manny Huertas estuvo compitiendo hasta que una dolencia lo sacó de la carrera pedestre. Cuanto dolor, tan bien que iba. Luego de concluído el evento fuimos a saludarlo. Lo encuentro sentado, cabizbajo. Me acercó, lo abrazo, le doy un beso y siento sus lágrimas bajar a flor de piel. Wao, ¿qué hacer, qué decir? Vuelvo y lo abrazo, le brindo mis palabras de aliento, esas que me salen del alma al verlo ahí tan indefenso, tan lastimado. Es en las malas donde ellos necesitan, en las buenas vienen todos, pero es en los malos momentos cuando hay que estar ahí con ellos. Adelante Manny, te queda mucho triatlón todavía y estás a punto de clasificar a Río.
Que ¿Cómo me siento? Al momento me siendo bien satisfecha por la actuación de los nuestros. Muchos, en su mayoría han cumplido con las expectativas, pero hay que seguir, para ser el segundo día no nos vá nada mal. Hay que estar positivos, confiando en el trabajo realizado y motivando mucho a los atletas. Al día de hoy, me parecen interesantes los resultados en clavados, tiro, ecuestre, béisbol, patinaje, vela y gimnasia.
La noche terminó bien especial. Llegamos al judo sin almorzar, lo único que comimos fueron dos bolsitas de popcorn dulce por lo que el hambre apretaba. No existiendo muchas alternativas abiertas a esta hora, terminamos comprando hot dogs king size frente al hotel. Por $5.00 dólares canadienses, compras un hot dog bien grande, calientito, con todos los «toppings» que imaginas (mayonesa, ketchup, mostaza, jalapeños, maiz, bacon, cebollas, papitas trituradas, relish, etc). Nos sentamos en una área del hotel, en la acera, y se le acerca un indigente a mi hijo Carlos Omar para pedirle que le compre comida. Carlos me mira, me pregunta si puede, le digo que si, y se dirige al carrito de hot dogs para comprarle comida. Su cara al regresar lo decía todo, que bendecidos somos, tanto que tenemos y a veces lo olvidamos. Señor, haz de nosotros mejores personas cada día. Amén.